martes, 27 de diciembre de 2011

IDENTIDAD EMPROISTA

Asistì a la celebraciòn del dìa del Emproista aquì en mi Arquidiòcesis de Villavicencio. La alegrìa de volver a encontrarnos con viejos amigos emproistas; la tambièn alegrìa de compartir con los jòvenes que ahora luchan por la extensiòn del Reino de Dios entre los jòvenes, a travès de su Centroguìas Villavicencio, algunos de ellos hijos de compañeros mìos de Encuentro, lo cual es reconocer el relevo generacional, fueron los dos importantes motivos que me llevaron a asistir.

Encuentros de Promociòn Juvenil està en Villavicencio desde el año 1974, vale decir, 37 años del Movimiento en nuestra hoy Arquidiòcesis. Personalmente, soy emproista hace 34 años, y desde entonces siempre he estdo ahì, cerca pero no adentro. En mis años jòvenes luchè porque fueran los jòvenes los que hicieran valer nuestro objetivo de ser un movimiento de jòvenes para jòvenes.

Aclaro que a pesar de èsto, siempre fui muy amigo de los adultos de Cursillos de Cristiandad, con quienes siempre me he llevado muy bien y, por supuesto, con los adultos emproistas. En esto siempre he tenido afinidad de criterio e idea. Esto no me impide conversar con los jòvenes, escuchar sus inquietudes y ponerme en sus zapatos.

Què son entonces jòvenes segùn los Encuentros de Promociòn Juvenil? Nuestro manual dice que EPJ es para jòvenes de 18 a 24 años si mal no recuerdo. Pero si a esto agrego que el mismo P. Pujadas me dijo en Lima en 1984 que por mi condicion de ya casado, a pesar de tener 23 años en ese entonces, yo no debìa ocupar ningùn lugar que pudiera ocupar un joven, debemos concluir que ademàs de la edad, el estado de vida tambièn cuenta. Y esto tambièn cuenta para decir que no se cumple mucho lo de de jòvenes. Aunque si bien es muy bonito ver los nenes caminar por entre los jòvenes, no es tan bonito que sus padres estèn ocupando el sitio de los jòvenes que tienen vida de jòvenes, piensan como jòvenes, tienen preocupacones propias de jòvenes y quieren poner esa energìa juvenil al servicio del Señor

Ya lo decìa el sacerdote al saludarnos a los emprosaurios que nos encontràbamos allì: "agradezco a las personas que aunque hicieron parte del Movimiento, supieron reconocer a tiempo el momento de hacerse a un lado y permitir la renovaciòn generacional para que los jòvenes asuman su compromiso en EPJ, que hoy nos acompañan" Es que aunque ya no se sea joven, se sigue siendo emproista. Ser emproista es para toda la vida; he visto hermanos que ingresan al protestantismo, pero allì siguen trabajando entre los jòvenes. Siguen siendo Emproistas.

Esta es la primera parte de mi idea de identidad. Saber que podemos estar ahì, pero saber en què lugar. Por ser mayores no somos maestros, pues sòlo el Señor es Maestro. Ser emproistas que apoyamos a los emproistas del Centroguìas està bien pero no màs de ahi. Y los Jòvenes, saberse parte de un Movimiento que tiene cuarenta años en medio de la juventud, llevando la buena nueva de Cristo Resucitado.

Sigamos hacia la otra parte. Ser Guia no quiere decir ser parte de una èlite de jòvenes, antes por el contrario, quiere decir ser parte de un equipo que pone su alegrìa al servicio de los jòvenes para facilitar su acercamiento al Señor.

La falla en la aplicaciòn de estas dos verdades, da como resultado la confusiòn. Se confunde el centroguìas con el sitio donde yo, ya adulto con màs de treinta años a mis espaldas, impongo mi voluntad sobre unos jòvenes, que por no entender bien de què se trata, en su mayorìa se comportan como miembros de un club cualquiera, donde voy a ver que pasa y no a hacer que pase. Pero por otro lado, he notado que esa minorìa que si se ubica dònde està, recibe por supuesto la oposiciòn de quienes, còmodamente instalados en su posiciòn, tratan a toda costa de perpetuar su sensaciòn de presidente del club, impidiendo la renovaciòn generacional, basàndose para ello en esa estùpida teorìa de que màs sabe el diablo por viejo que por diablo.

Jòvenes emproistas, Encuentros de Promociòn Juvenil es un movimiento de jòvenes para jòvenes. se hace necesario conocerlo a fondo, para asì aportar en su crecimiento y apropiarse de su destino. No es el club donde se va a concer chicas y chicos, ennoviarse y pasar de pareja en pareja, pretendiendo con esto aparecer como el màs popular con el sexo opuesto. El testimonio hace parte fundamental de la identidad y la evangelizaciòn. Adornar las situaciones con figuras de ejemplos por no hacer lo indebido, cuando ya se ha hecho no es propiamente testimonio de vida.

Asi pues, se hace necesaria una revisiòn de las normas bàsicas de comportamiento y conocimiento del Movimiento. Nadie ama lo que no conoce y se ama tanto en cuanto se conoce.